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Distinguido. Nobel peruano recibió la medalla de la Academia de Arte de Málaga. También habló del difícil oficio de escritor.
El premio nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, aseguró que “el largo trabajo de construir una historia, de construir un libro, está plagado de incertidumbre”, porque el escritor “no sabe lo que va a ocurrir con aquello que escribe, una vez que está impreso en letras de molde”.
El escritor “se pregunta qué ocurrirá y si llegará a conmover a los lectores o pasará sin ruido y sin dejar una huella en el mundo tan indescifrable y misterioso del mercado de los libros”, afirmó Vargas Llosa, quien ha recibido ayer, en Málaga (sur), la Medalla de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo.
“Escribir es una vocación extraordinaria y exaltante, que enriquece mucho la vida de sus cultores, pero escribir significa también aislamiento, dificultad, desmoralizaciones temporales y, sobre todo, pasar grandes periodos en soledad”, añadió.
Es en esos momentos cuando todos los escritores sienten “la necesidad de un apoyo, una ayuda o un estímulo” que les permita “enfrentarse a las dificultades del trabajo de escribir”.
Por ello, ceremonias como la entrega de la Medalla de la Academia de San Telmo tienen para Vargas Llosa “una importancia fundamental”, porque “uno siente que lo que hace tiene sentido, que de alguna manera toca algunos espíritus, los emociona y los conmueve”.
“Nada puede defender mejor a un escritor contra la sombra temible de la desmoralización como saber que lo que hace tiene un sentido y una razón de ser”, según Vargas Llosa.
Visión de las ciudades
El nobel peruano, según el diario digital eldiario.es, también abordó el tema de las ciudades. Ha dicho que existen grandes ciudades literarias como París y Buenos Aires, que se han “mitificado” gracias a la literatura y el arte. “Las ciudades son ‘tristes y pasajeras’”, lo cita eldiario.es.
También ha sostenido que la ciudad es como un arquetipo de literatura, historia y arte y que en ello tienen mucho que ver los escritores que las “conviertan en leyendas”.
Según anota eldiario.es, Mario Vargas Llosa manifestó que la ciudad más difícil de abordarla para sus obras literarias ha sido Lima. Su dificultad le resulta fatigante por la relación personal que tiene con ella. En ese tema, recordó cómo es que fue llevado desde Arequipa a la capital del Perú y vivió ese dramático percance que fue descubrir que allí, en esa ciudad, su padre estaba vivo y no fallecido como le habían hecho creer.
Vivir junto a su padre fue una experiencia traumática, pues en vez de encontrar a un padre protector y tolerante, fue todo lo contrario, lo halló “muy severo”.
Eldiario.es contextualiza esa realidad cuando dice que esa severidad “se reflejó en su obra La ciudad y los perros, porque identificaba a Lima ‘como un periodo terrible de soledad, en el que mi padre me hizo descubrir el miedo y la soledad’, ha expresado el premio Nobel”.
El escritor, según el portal del citado diario digital, confesó que creció “detestando y odiando Lima” y que por ello ofrece en sus obras una Lima nostálgica “arrastrada por ese sentimiento hostil” que -ha comentado- sintió en su infancia.
Pero a pesar de ello, su relación con Lima se ha ido “normalizando”, pues “la nostalgia inevitable” de algún modo los lo ha reconciliado.
Fuente: La República – https://bit.ly/2DlZ2Ll